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¨Racionar no es solamente abrir la bolsa y dar de comer…¨

Según el Ing. Agr. José I. Velasco, especialista en nutrición animal de INIA Treinta y Tres, en estos momentos donde hay escasez de forraje, se hace necesario suplementar la alimentación del ganado.

 

– ¿Qué medidas se deben tomar al momento de dar la ración?

Cuando suplementamos lo que hacemos básicamente es modificar la alimentación natural del animal. Modificamos el rumen, por lo que hay que hacerlo en forma gradual. Se debe garantizar que todos los animales puedan acceder al alimento que le estamos ofreciendo, con la precaución de que coman siempre por debajo de los límites que puedan ser de riesgo para su salud.

Cuando hablamos de raciones balanceadas normalmente no tenemos estos límites de inclusión, pero igualmente se debe controlar. Pero cuando el concentrado es otro, la adaptación se logra con una alimentación gradual, incrementando cada 2 días 0.25% del peso vivo, llegando al 8º día con un 1% de la ración. Si el productor no dispone de balanza la modalidad de cálculo debe ser la más conservadora en la estimación del peso.

– Los cambios bruscos pueden provocar resultados inconvenientes…

Es fundamental entender que el rumen como ecosistema es de los más complejos, y cualquier modificación que se haga tiene implicancias muy grandes. Por lo tanto hay que ser muy cuidadosos en las transiciones para que todos los elementos que metemos adentro del rumen puedan ser correctamente aprovechados por la flora que en él vive.

Cuando uno tiene una estrategia de suplementación trata de no cambiar el tipo de alimento que está dando, a pesar que muchas veces el propio mercado por ausencia o discontinuidad de los suplementos nos fuerza a esos cambios, y muchas veces no es una decisión planificada. Por lo tanto esos cambios de fuentes de alimento deben ser graduales, asumiendo que el rumen se tiene que re acostumbrar.

Por ejemplo si comenzamos dando afrechillo de trigo y después cambiamos a afrechillo de arroz, la fuente de energía que tienen uno y otro es distinta; en un caso azúcares y en el otro grasas, por lo que esa transición debe hacerse correctamente para que el rumen se vuelva funcional al alimento que estamos dando. Estamos cambiando la fuente energética y por lo tanto todo ese ecosistema debe re acostumbrarse y obrar en consecuencia.

– ¿Ayudan mucho los comederos en toda esta operativa?

Sí, porque los animales tienen que poder acceder todos al mismo tiempo al alimento; y eso se logra en animales jóvenes o pequeños con 30 cm con frente de ataque para el comedero, y cuando los animales son adultos o astados hay que pensar en un poco más.

La norma para vacas es en el entorno de 50 cm; para toros es más difícil dar una recomendación ya que hay tener en cuenta las dominancias.

Los animales tienen que manifestarse, no con hambre, pero si con intención de alimentarse al momento de llegar el alimento, se tienen que formar y naturalmente acceder al mismo tiempo. Hay que tener en cuenta que no pueden “hacer turno”, porque sino comen más los que llegan primero. Por lo tanto es recomendable estar presentes y revisar los lotes, raleando los animales que tengan alguna dificultad para alimentarse y darles de comer separados.

Es muy importante incrementar la atractividad que tiene el concentrado con algún fardo de pradera o alfalfa, para seducir aquellos animales que no se sientan tan agradados y haciendo más palatable la fuente de alimentación.

– ¿Cuáles son las mayores inquietudes planteadas por los productores?

La preocupación más grande está en el hecho que los campos, por la buena cantidad de pasto que tenían, venían sosteniendo más carga que la habitual, y hoy se “cerró la canilla”, los campos se “pelaron” y existe mucha incertidumbre de lo que pueda pasar durante el invierno.

Los campos naturales tienen una tasa de crecimiento muy baja en años normales, por lo que en éste es esperable que no lo haya.

En algunos lugares encontramos un doble estrato de tapiz: la paja o los restos secos más altos que se endureció y los animales dejaron de preferirlo, y un estrato bajo que en algunos casos queda un remanente interesante de materia seca (en algunos casos de 1.500 kg) y en otros está “afeitado”.

En términos generales a los ganados no se los ve tan sentidos, por supuesto que hay matices, pero lo que genera mayor angustia es que todavía se aprecia mucho ganado sin destetar, lo que es el peor escenario para los rodeos de cría. Que las madres estén entrando al invierno con los terneros mamando es un escenario que seguramente va a generar complicaciones tanto a nivel de los terneros como de las madres.

¿Algunas claves para empezar a racionar?

Algo que es fundamental es que no se puede mezclar urea con la cascarilla de soja. Es una mezcla altamente tóxica para el animal.

Si estamos dando cascarilla de soja y además alguna otra ración, debeos tener en cuenta que normalmente las raciones que podemos adquirir tienen urea, por lo que hay que tener mucho cuidado.

 
Fuente: Diario El País, Rurales. Uruguay.