Se trata de una variedad de la bacteria Leptospira interrogans, que provoca la leptospirosis, lo que podría favorecer el desarrollo futuro de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento.
Investigadores argentinos secuenciaron por primera vez el genoma de un patógeno que provoca pérdidas millonarias en la producción de carne y leche bovinas.
Se trata de una variedad de la bacteria Leptospira interrogans, que provoca la leptospirosis, lo que podría favorecer el desarrollo futuro de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento.
«La leptospirosis provoca la disminución de la leche, abortos e inclusive -en algunas ocasiones- la muerte del animal», señaló a la Agencia CyTA-Leloir la líder del proyecto, la doctora Karina Caimi, investigadora del CONICET y directora del Grupo de Leptospira del Instituto de Biotecnología de INTA.
Mediante el uso de tecnología de punta de la Unidad de Genómica del Instituto de Biotecnología de INTA, que integra una plataforma de genómica a nivel nacional, Caimi y sus colegas analizaron la variedad de mayor circulación en el ganado bovino de Argentina: el serovar Pomona. Para el estudio, secuenciaron el ADN de una cepa aislada en 2007 de un aborto bovino durante el brote en un rodeo lechero de la provincia de Buenos Aires.
El trabajo fue publicado en la revista «Genome Announcements» y muestra, entre otros datos, que el microorganismo tendría casi 4.000 genes. La información obtenida propicia, por ejemplo, «asociar las cepas a diferentes manifestaciones clínicas en los animales infectados, entender la transmisión o trazar el origen de un brote», puntualizó Caimi, que además destacó que, en el largo plazo, se podría aplicar este conocimiento en el desarrollo de métodos de diagnóstico más específicos y sencillos que los existentes, así como estrategias de control adaptadas a cada hospedador, incluyendo a los humanos o los animales domésticos.
Del estudio participaron otros investigadores del INTA y del CONICET: los doctores Ariel Koval, Ariel Amadio, Vanina Varni, Paula Ruybal y el licenciado Ariel Nagel.
Fuente: Diario Uno Tecnología
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