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Exportadores instan a no castrar los terneros

Aseguran que si hubiera ganado gordo sin castrar se exportaría a mejores precios que los que paga la industria.

«El productor está desanimado, fundido, y la salvación es la exportación de ganado en pie. Con el precio del novillo gordo a US$ 1,40 se funden todos los productores, así como los sojeros cosechando 1.000 kilos por hectárea», comentó a El Observador el empresario Rodrigo González, de la empresa exportadora Escoltix.

El martes de la semana pasada la firma concretó el embarque de 6.000 reses para Turquía. González reconoció que el negocio «está en la nebulosa, extraño. Sabemos que van a cambiar las reglas, pero no están claras. No sabemos por dónde ir. Hay quienes les están quedando algún permiso viejo y es lo que se está embarcando».

Insistió que el productor no castre sus terneros porque de lo contrario se perderá de participar del «mejor negocio de los últimos años». Agregó que por mal que esté el mercado de exportación, es un factor que no depende del mercado interno, y que le da tranquilidad al productor.

Señaló que en el peor de los casos, si no se exporta a Turquía se puede enviar ganado al Líbano, Jordania o Egipto, y para esos mercados el productor recibe por un ternero US$ 1,90 o US$ 2 por kilo. «La exportación de ganado en pie es una alternativa cada vez más seria y se mantiene firme en precios, hay bajas pero razonables, no se observan las grandes oscilaciones que sí existen en el mercado de haciendas gordas», dijo.

Además destacó que la actividad de exportación de ganado es una cadena que le deja réditos económicos al criador y al sector transportista. «Para quedarme con un ternero tengo que pagarlo bien, sino no lo consigo», afirmó González.

Reconoció que el precio del ternero en Uruguay no es competitivo respecto al valor de la categoría en Brasil, pero destacó que el precio del ganado gordo en Uruguay sí es muy competitivo, y por lo tanto pueden haber oportunidades de negocios.

Aseguró que sólo no se exportó ganado gordo porque no eran toritos, ya que Turquía no compra ganado castrado –también es difícil que compren hembras para faena–. «Así que si el productor castra sus terneros también está castrando la oportunidad de hacer un buen negocio por ganado gordo. Ni al productor ni a la industria le cambia nada dejar los machos sin castrar. Es más un cuco que otra cosa. Si se castra un animal con 250 kilos no pasa nada», afirmó.

 

Fuente: El Observador Agro Negocios

 

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