El co-producto de la industria de biocombustibles es clave para la intensificación ganadera y cambió la producción de leche y carne en Estados Unidos.
La burlanda húmeda se convirtió en el eje sobre el cual pivotea el proceso de intensificación ganadera. Este co-producto de la agroindustria de fermentación de cereales, particularmente maíz y sorgo, cambió el paradigma de la producción de carne y leche en los EE.UU.
Los corrales de engorde, que en los 70 habían migrado del corn belt a las zonas áridas, de pronto se encontraron ante el desafío de la abundancia de los WDGS (Wet Distillers Grains with Solubles). Es el residuo húmedo que queda luego de la fermentación y destilación de granos para la obtención de etanol y otros derivados.
Entre el año 2000 y el 2010, se instalaron más de 200 nuevas plantas de etanol en el Medio Oeste de los EE.UU. En este período, el etanol se convirtió en el mayor consumidor de maíz, superando al uso como forraje, jarabe de fructosa y otros destinos tradicionales. Hoy, un tercio de la cosecha norteamericana se destina a etanol, que ha sustituido al 10% de la nafta.
Por cada 3 toneladas de maíz que se procesan para obtener este biocombustible, se obtiene una tonelada de etanol y 3 toneladas de WDGS, con un contenido de humedad del 25 al 30%. Este producto contiene hasta 30% de proteína y de 6 a 8% de aceite.
En consecuencia, sustituye buena parte de la proteína necesaria en las raciones de engorde, y tiene una densidad energética superior a la del maíz.
El ing. agr. Carlos Mazzini, titular de Delam SA, dijo a Clarín Ruralque se puede incorporar un 40% en las raciones sin inconvenientes. Viene trabajando con burlanda húmeda desde hace más de 20 años. Arrancó con el feedlot Proteco, de Ignacio Rivarola. La burlanda proviene de una planta de alcohol de San Pedro que no tiene por destino el uso como combustible.
Pero desde hace un tiempo, con la llegada al mercado de grandes volúmenes de burlanda de las nuevas plantas del biocombustible instaladas en Córdoba, Mazzini se encontró con nuevas necesidades. Y oportunidades.
Las empresas del eje Villa María-Rio Cuarto-Alejandro Roca necesitan evacuar continuamente este producto, que es altamente perecedero. La demanda, por su parte, requiere seguridad de abastecimiento, no puede estar sometida a alguna eventual parada técnica del proveedor. Lo que hizo Delam SA fue establecer una logística que permite garantizar una salida continua y un abastecimiento seguro durante todo el año. Para ello, coordina con sus clientes la entrega “just in time” de los volúmenes programados.
El precio de la burlanda está relacionado con el del maíz. “Cuando se está cerca de la planta, puede valer de un 10 a un 15% menos –sostiene-. A medida que el consumidor se aleja, el descuento desaparece y puede llegar a valer un 10% más. Igual, es un insumo muy barato, expresado en materia seca, si se considera el precio de la proteína y la energía de otras fuentes”.
La aceptación del producto y la nueva logística se expresan en un fuerte crecimiento de la demanda. Hace un año, Mazzini se preocupaba por la posible instalación de nuevas plantas de etanol, que podrían generar una sobreoferta de WDGS. “Ahora tenemos una expectativa muy favorable, porque los productores ya se convencieron del valor de este recurso”.
Un paso clave en la era de la ganadería 360.
Fuente: Clarín Rural
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