Según un informe de la Mesa de las Carnes- por veinticinco asociaciones de productores, cámaras industriales y entidades agropecuarias de las cuatro principales variedades producidas en el país – la producción total alcanzará las 5,9 millones de toneladas en 2017, de las cuales 5,1 millones se volcarán al consumo interno mientras que el volumen restante se destinará a las ventas externas, algo que el sector espera hace tiempo para poder mejorar los precios de la hacienda en pie y conseguir mayor rentabilidad.
Por un lado, las entidades calcularon una demanda local de alrededor de 5,1 millones de toneladas, lo que equivale a 120 kilogramos por habitante por año. «Es la misma cantidad que tuvo a lo largo del 2016 y que se ubica nuevamente en los niveles históricos más altos», señalaron en el estudio. En ese sentido, detallaron que la oferta por especie sería de 2,73 millones en carne vacuna; 2,4 millones en aviar; 730.000 para el cerdo y 55.000 en el caso de la carne ovina.
Las exportaciones, en tanto, solamente contemplarían la variedad de vaca y pollo. «Este avance permitirá agregar valor en origen, un ingreso adicional de divisas por US$ 1.500 millones, generar nuevos puestos de trabajo e incrementar la recaudación de impuestos por parte del Estado», destacaron los especialistas. Para ello, aclararon que será necesario «un cumplimiento irrestricto de las medidas anunciadas, tales como el control de la informalidad, la efectiva implementación de la devolución de impuestos internos (reembolsos), los cambios en identificación animal y trazabilidad, entre otras medidas que permitan la necesaria mejora de la competitividad».
Sumando mercados
Hace tiempo que la ganadería bovina inició un proceso de retención de vientres para conseguir animales más pesados que le permitan establecer nuevos negocios a nivel mundial. La quita de retenciones y de trabas arancelarias contribuyeron al objetivo, pero hasta ahora las cuentas no terminan de cerrar, aunque el optimismo sigue alto entre los dirigentes.
«La disponibilidad de oferta genera la oportunidad de mantener fluidamente el abastecimiento en el mercado interno e iniciar una agresiva acción para recuperar y expandir los mercados internacionales», expresó la Mesa de las Carnes, al tiempo que aseguró que «llegó la hora para que juntos los sectores público y privado fijemos políticas excepcionales para capitalizar este impulso y recuperar el protagonismo que las carnes argentinas se merecen».
Control impositivo
Ayer, después de varios avisos previos, la Afip y el Ministerio de Agroindustria anunciaron en el Boletín Oficial la finalización del sistema Ruca -creado durante el kirchnerismo- y la llegada de la autorización de faena, una norma que obliga a los frigoríficos a realizar el pago a cuenta de los impuestos tales como IVA e Ingresos Brutos previo a la autorización de la faena, con el fin de reducir la creciente informalidad en el sector.
La medida se oficializó mediante la resolución conjunta 3.955 y 427/2016 y ya entró en vigencia, por lo que los incumplimientos traerán sanciones. Según el texto, el objetivo es «optimizar los controles relacionados con la actividad», al igual que en el caso de la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario, a cargo del ex Oncca, Marcelo Rossi desde noviembre pasado. Allí, el dirigente se encarga de la «fiscalización de las operatorias de las personas físicas o jurídicas que intervengan en el comercio e industrialización de las distintas cadenas agroalimentarias y agroindustriales».
Fuente: Revista Chacra
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