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Un ternero por año: el papel de la sanidad

El preservicio es la etapa en la que se determina si el rodeo está en condiciones de alcanzar el objetivo de la cría.

En la Argentina sólo se obtiene el 65 % de destete en los rodeos de cría por año. Para mejorar los índices productivos, el equipo de Producción Animal del INTA Balcarce determinó que con una buena situación sanitaria, reproductiva y nutricional es posible incrementar la eficiencia y los kilos de carne obtenidos por hectárea.

El preservicio es la etapa en la que se determina si el rodeo está en condiciones de lograr al menos un ternero por año”, expresó Agustín Scioli, del grupo Sanidad Animal de esa unidad del INTA, para quien “este es el momento en el que se toman decisiones en el sistema, para comenzar el servicio y maximizar las ganancias”.

Un buen estado nutricional sumado a detección temprana de enfermedades de transmisión sexual (ETS), hacen la diferencia. Para Scioli, “muchas veces, y por distintas razones, el productor identifica tarde estos problemas y eso repercute de manera negativa en la productividad de la empresa”.

En este sentido, el veterinario del INTA aseguró que es fundamental conocer cuál es la situación sanitaria de la zona, para determinar cuáles son las principales enfermedades que pueden darse. “Es necesario tener un protocolo sanitario acorde a cada establecimiento y afección, como por ejemplo brucelosis, leptospirosis, ETS (Tricomonosis y Campylobacteriosis), DVB (Diarrea viral bovina), IBR (Herpesvirus bovino) y neosporosis, entre otras”, explicó.

Para Scioli, se debe tener un cuidado especial con las vaquillonas y vacas de segundo servicio. “Estos animales están todavía en crecimiento y a su vez tienen que criar un ternero, por lo que se debe prestar mucha atención al estado nutricional y sanitario de estas categorías”.

Asimismo, el técnico indicó que el manejo sanitario debe estar acompañado por otras metodologías de trabajo, que tengan en cuenta la situación de cada año y de cada establecimiento, como el mantenimiento de buen alambrado perimetral, el control sanitario de los animales a la entrada y la salida de los establecimientos y la eliminación de los vientres que no presenten ternero al finalizar la parición.

“De esta forma, una medida se potencia con la otra y se genera una sanidad acorde a lo planificado tanto por el veterinario como por el productor”, aseguró Scioli.

Enfermedades, en detalle

La brucelosis es una enfermedad que genera una gran cantidad de abortos. Por esto, para su prevención el Plan Nacional de Vacunación prevé su aplicación a todas las terneras. Para Germán Cantón, especialista del INTA Balcarce, “todo animal positivo a esta enfermedad debe ser eliminado del rodeo, por el riesgo de sufrir un aborto e infectar a otros vientres del rodeo, y debido a que es una zoonosis”.

En cuanto a la leptospirosis –señaló Cantón–, como es una enfermedad zoonótica que provoca gran cantidad de abortos, es aconsejable que productores y veterinarios apliquen medidas de prevención y control para evitar su infección. “Para esto existen distintos tipos de vacunas que se aplican a partir de los cuatro meses de edad, en el preservicio y durante el servicio, para evitar la infertilidad y los abortos”.

Por otro lado, las ETS –Tricomonosis y Campylobacteriosis– generan infertilidad, repetición de celo y abortos. Para controlarlas, lo ideal es hacer los análisis a los toros luego de terminado el servicio. Así, se podrá tener el tiempo necesario para la identificación de los animales enfermos y determinar su tratamiento o su eliminación.

Según Cantón, es importante que el productor recuerde que la vacunación es solo una medida sanitaria y que no previene completamente las infecciones. “Algunas de estas sólo mantendrán a los animales con menos probabilidades de infectarse”.

 

Fuente: INTA – Revista Chacra

 

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