Fue la llave para ingresar con un producto diferente de alta calidad. Julio Cardozo, Tabaré Aguerre y Rodolfo Nin Novoa, en la celebración de los 10 años de trazabilidad ganadera.
Tener trazabilidad ganadera individual fue un factor decisivo, aunque no fue la única condición que hubo que cumplir para que Uruguay ingresara hace cinco años a la cuota 481 de carne vacuna de alta calidad en Europa, destacó el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre. Ello permitió al país ahorrar más de US$ 300 millones en pago de aranceles, acotó el jerarca.
Al recordar ayer el 10° aniversario de la trazabilidad obligatoria del ganado vacuno, Aguerre rememoró el acontecimiento en un acto desarrollado en el anexo del Palacio Legislativo en presencia de autoridades y funcionarios vinculados al sector ganadero.
En referencia a la incidencia que tuvo la trazabilidad, resaltó la ventaja de que Uruguay pudiera ingresar al selecto grupo de países proveedores de esa franja del mercado europeo junto a Estados Unidos, Canadá , Australia y Nueve Zelanda, y al que Argentina ingresó en el último año.
Explicó con orgullo que Uruguay se puede comparar con los países de la región que tienen la misma genética, los mismos accesos y todavía no han ingresado o «tímidamente han sido autorizados, como el caso de Argentina, pero que prácticamente no ha exportado».
Aguerre destacó que Uruguay logró ahorrar en los últimos cinco años entre US$ 240 millones y US$ 340 millones en sus ventas de carnes por concepto de no pago de aranceles a través de la cuota 481 para la Unión Europea (UE).
Aguerre dijo que en ese período Uruguay exportó en forma acumulada casi 60 mil toneladas a un valor promedio de US$ 9.163 la tonelada. Pero además si ese volumen vendido hubiera pagado los aranceles de entre 60% y 70% del producto, Uruguay habría tenido que desembolsar entre US$ 280 millones y US$ 340 millones.
El ministro habló también del futuro de esta plataforma de información que surgió fundamentalmente como respuesta a una emergencia sanitaria en los años posteriores a la fiebre aftosa, que afectó al país en el año 2001.
Para Aguerre, la trazabilidad es un ejemplo de cómo se debe concebir una plataforma que genere determinada información para mejorar la toma de decisiones de política pública, pero también para agregar valor en los distintos procesos.
Otros protagonistas
Julio Cardozo y el canciller Rodolfo Nin Novoa, quienes eran los presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores, respectivamente, en 2006, resaltaron aspectos vinculados al concepto de la trazabilidad como política de Estado.
Cardozo mencionó que frente a los grandes volúmenes que exporta Brasil, las ventas de Uruguay han bregado por la diferenciación, y la trazabilidad es una buena herramienta para ello.
Nin Novoa resaltó la posibilidad del valor agregado a la carne que permite la trazabilidad como uno de los argumentos más fuertes que puede manejar el país, inclusive en los servicios públicos de contralor sanitario.
El presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Federico Stanham, resaltó el instrumento que tuvo un antecedente con la trazabilidad industrial (cajas negras en frigoríficos) para el control inviolable individual de faena, desosado y comercialización de carne en el país.
La directora del Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG), María Nela González, historió todo el proceso y puso énfasis en el equlibrio entre la tecnología y su viabilidad, por el cual se ha tenido en cuenta el contexto socioeconómico de todo el sector, desde el que tiene dos vacas hasta los productores de mayor tamaño, en un concepto totalmente inclusivo.
Fuente: El Observador Agro.
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